Ficha Resumen

Información general

Cerro Pichijuan

Acceso libre

Ubicación: Chile, Región de los Lagos
Chile, Región de los Lagos

Sector: Los Riscos

Ciudad más cercana: Puerto Varas

Altitud:

632 m. GPS

Primeros ascensionistas:

Desconocido

Coordenadas:

Lat: -41° 13' 44.1"
Lon: -72° 40' 40.4"

Rutas

Ruta

Dificultad

Libro de cumbre

Montaña

Cerro Pichijuan (632 m.)

Primer colaborador: José Mena

Rutas:

Publicado el 22/09/2022

Presentación

Una pequeña montaña se levanta casi 600m por sobre la ribera sur del lago Llanquihue. Desde el oeste, su silueta muestra cierta semejanza al perfil de una persona recostada (se dice que es un nativo durmiendo o una mujer). Se trata del cerro Pichijuan, accidente geográfico cuyo nombre sintetiza el vocablo pichi (= "pequeño" en mapudungún) y el nombre propio Juan. Si bien, hay quienes se refieren a esta cumbre como "Pichi Juan", en esta descripción se ha optado por tomar el nombre oficial utilizado por el Instituto Geográfico Militar. 

A pesar de que este cerro es la mayor altura en las inmediaciones del lago, difícilmente puede destacar siquiera un poco en un horizonte que tiene a los imponentes volcanes Calbuco y Osorno como protagonistas. En pocas palabras, el Pichijuan es todavía invisible para buena parte de los habitantes y visitantes de la cuenca del Llanquihue.

En sus faldas se ubica la pequeña localidad de Los Riscos, a 16km al oeste de Ensenada y a unos 30km de Puerto Varas. Allí habitan unas pocas familias, las que amablemente permiten el paso de los visitantes que quieren recorrer el camino de tierra que conduce hasta cerca de la cima del cerro. Para alcanzar la cumbre, se debe llegar hasta el final de dicho camino y luego subir por el bosque los últimos 50m de desnivel a través de una huella apenas visible, pero que está marcada por cintas plásticas. La cumbre es un atractivo mirador con vista en 360º a los lagos, volcanes y montañas del sector, la cual poco a poco ha ido logrando entusiasmar a excursionistas y corredores.

Toponimia 

El nombre de este cerro recuerda una vieja historia de los tiempos de la colonización alemana, la cual tiene ribetes de leyenda. A continuación se presentan dos versiones sobre la memoria de quien sea que haya sido Pichijuan:

1. Versión de Oreste Plath

Pichi Juan es un famoso talador indio de mediana estatura, de tez morena y labios gruesos, de pelo negro y de ojos brillantes; brillaban ansiosos de paisajes. Extraordinariamente listo, tal cual el puma. Conoce todos los vericuetos del bosque y siempre está pronto para sacar de apuros. Muchas veces arrebata vidas a la turbulencia de los ríos. Pichi Juan, figura de las tierras australes, orienta a los colonos y les descubre los misterios de la selva; es el indio-guía, amigo de quienes llegan por los días del año 1850 a destacar ciudades.

Vicente Pérez Rosales, Jefe de la Colonización, se da cuenta que este indio vale, que sirve para sus planes de encontrar terrenos y suelos fértiles, y lo invita a integrar una caravana de exploración. Se internan en el bosque, en el que no se puede leer una carta bajo su sombra, pero guiados por Pichi Juan no hay peligro de extraviarse ni menos morirse de hambre, porque Pichi Juan sabe extraer la miel de los árboles y servírsela con avellanas, cazar, pescar en los pequeños riachuelos, husmear de lejos al huillín o al puma. Enseña a valerse de la selva para subsistir.

Llegan a un lago, no hay embarcaciones para recorrerlo y Pichi Juan hace una canoa de un tronco carcomido. Arriban a pequeñas islas y en una de ellas los coge una tormenta haciendo imposible el regreso o retardándolo. Sin amparo bajo la lluvia, Pichi Juan hace mantas de hojas de nalca o pangui y pasan la noche. Descubren el bosque milenario en gran escala, pero éste impide el camino hacia el progreso. De vuelta a Valdivia Pérez Rosales ofrece a Pichi Juan treinta pagas, treinta pesos, para que incendie los bosques que median entre Chan Chan y la cordillera.

Las llamas devoran leguas y durante un mes el sol se oscurece al horizonte. Más de una vez Pichi Juan, sitiado por las llamas, encuentra su asilo en un carcomido coigüe. La muerte del bosque ofrece a los primeros colonos campos planos, virginales y arables. Y Pichi Juan, hijo de la naturaleza bravía, se incorpora a la extraordinaria perseverancia de los colonizadores germanos.

Pichi Juan fue dejado al margen por las ciudades, no se oye hablar más de él ni se sabe la fecha de su muerte. Valdivia, Osorno y Llanquihue lo cuentan en su historia. Y en los márgenes del lago Llanquihue, en el lugar denominado Los Riscos, un cerro lleva su nombre.

2. Versión del Yanacona 

En palabras de algunos descendientes de los habitantes nativos de la región, Pichi Juan habría sido un yanacona o traidor, por el hecho de que siendo mapuche, habría puesto su conocimiento ancestral sobre el territorio a disposición del gobierno chileno y los extranjeros, así como sus habilidades, buscando un beneficio para sí mismo.

Por otro lado, haciendo una lectura superficial de lo descrito por Oresthe Plath, Vicente Pérez Rosales sería el autor intelectual de uno de los mayores incendios de bosque nativo que vivan en la memoria de la región. Con ese expediente, hoy resultaría paradójico –y algo pintoresco– que el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales se siga llamando así.

Conclusión
 
Tanto la versión de Oreste Plath como la acusación de traición son versiones plausibles de una misma historia, dos caras de una misma moneda. El lector podrá sentirse más interpelado por una o por otra versión de la historia; lo cierto es que hasta el día de hoy una pequeña montaña al Este de Puerto Varas lleva el nombre de este personaje.

Referencias