Ficha Resumen

Información general

Cerro Santa Lucía

Acceso libre

Ubicación: Chile, Región Metropolitana

Sector: Santiago Centro

Ciudad más cercana: Santiago

Altitud:

624 m. IGM E-058 (Hoja Santiago)

Coordenadas:

Lat: -33° 26' 24.9" (WGS 84)
Lon: -70° 38' 37.3"

Rutas

Ruta

Dificultad

Libro de cumbre

Último Publicado

Montaña

Cerro Santa Lucía (624 m.)

Primer colaborador: Fundación Cerros Isla

Rutas:

Publicado el 16/04/2024

Presentación

El cerro Santa Lucía se ubica en el centro histórico de la ciudad de Santiago, y se encuentra en la actualidad totalmente rodeado por la ciudad. Limita al sur con la Avenida Libertador General Bernardo O'Higgins (con la estación de metro Santa Lucía a sus pies), al poniente con la calle Santa Lucía, al norte con la calle Merced y al oriente con la calle Victoria Subercaseaux. Es uno de los pocos cerros cuya superficie total de 7,25 ha. está consolidada como parque urbano, siendo un importante foco de esparcimiento y turismo.

Cabe mencionar que este no fue siempre así, cubierto de árboles, pasto y arbustos. En el pasado constituía una afloración rocosa agrietada y laminar, que se diferenciaba del resto de los cerros con superficie vegetal probablemente debido a un origen geológico distinto, como una intrusión volcánica más reciente (Stehberg, Sotomayor. (2012). Además, se configuraba literalmente como “cerro isla” ya que previo a la canalización del río Mapocho, este se ubicaba justo después de la bifurcación del río en sus brazos Mapocho y la cañada (actualmente Av. Libertador Bernardo O’Higgins) y antes de que estos se volvieran a juntar. “El sitio elegido por Valdivia para fundar la ciudad, se extendía entre dos brazos del río Mapocho, que bifurcándose un poco más arriba de un pequeño cerro llamado Huelén por los indígenas i que luego los españoles denominaron Santa Lucía, se reunían nuevamente formando una hermosa isla” (Thayer 1905 en Stehberg y Sotomayor 2012).

Por otra parte de acuerdo a Gonzalo Sotomayor y Rubén Stehberg en su texto Mapocho Incaico, este cerro que debía su antiguo nombre “Huelén” a su primer propietario un cacique local, era en realidad un lugar de particularidad importancia para el contingente incaico que habitaba en el valle del río Mapocho. La adoración de los incas por piedras con características especiales como las del cerro Huelén, que creían los conectaban con el inframundo de similar forma a Sacsayhuamán, cerro sagrado de la capital del Tawantinsuyu, sumado a su ubicación encerrada por un sistema hídrico, también similar a la del cerro sagrado recién mencionado, dan para pensar que este era en realidad una Guaca o Huaca (lugar sagrado para los incas). Esta teoría, se encuentra respaldada también por la presencia de una piedra de ritual labrada a modo de maqueta de campos de cultivo y canales en una antigua propiedad de Benjamín Vicuña Mackenna, la cual fue construida con piedras extraídas del mismo cerro (Cornejo 2010 en Stehberg y Sotomayor 2012). De acuerdo con los autores, estas piedras labradas se encontraban solo en las huacas más importantes del Tawantinsuyu, por lo que su presencia en el cerro Huelén o en algún otro lugar del sector, evidencia la particular importancia que tuvo esta zona para el imperio inca.

El Santa Lucía se concibió desde la llegada de los españoles como un punto de orientación en la cuenca. Aquí, Pedro de Valdivia fundó la ciudad de Santiago en 1541. Desde entonces, el muy conocido Santa Lucía se estableció como centralidad urbana y fue paulatinamente rodeado por la ciudad.

Durante la reconquista (1814-1817), el cerro adquiere significado militar al construirse en él dos fuertes: la batería Marcó, luego el Castillo González (donde actualmente está la plaza Caupolicán) y la batería Santa Lucía, luego el Castillo Hidalgo que sirvió como depósito de municiones. Se edificó una capilla consagrada a la Virgen del Socorro y una ermita en honor a Santa Lucía, y parte de sus laderas se utilizaron como cementerio informal para los disidentes.

En 1847, con la llegada a Santiago de una expedición de la Armada de los Estados, se inicia la historia astronómica en el cerro. Se construye el primer observatorio astronómico al costado norte de la actual plaza Pedro de Valdivia, que fue oficialmente inaugurado como Observatorio Astronómico Nacional (OAN) en 1852, consolidándose como uno de los primeros observatorios en Latinoamérica.

En ese entonces el cerro era un gran peñasco. Debido a su formación volcánica y fluvial, se extraía de él material para la construcción de la ciudad. En 1872, el intendente de la época Benjamín Vicuña Mackenna, incluye dentro de los planes urbanísticos para Santiago el proyecto de transformación del cerro en parque urbano, teniendo como referente al Monte Pincio de Roma e inspirándose en el paisajismo francés que predominaba en la planificación de la época. Este plan visionario cambió la condición agreste y pedregosa del cerro convirtiéndolo en un parque verde para la ciudad, a través de la implementación de un camino de circunvalación, murallas de contención revestidas y ornamentadas, dieciséis jardines, diez plazas o mesetas, edificios y obras de arte.

Luego en 1902, la empresa alemana Allgemeine Elecktricitäts Gesselschaft (AEG) instaló una línea de tranvía eléctrico con cremallera que ascendía el cerro y que funcionó por 8 años. En 1903 se inauguró el gran acceso por la calle Alameda, vigente hasta hoy. En 1983, el Ministerio de Educación declaró el cerro "monumento histórico", por ser ícono del origen de la ciudad de Santiago y Chile.

En el año 2014, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes junto a la Ilustre Municipalidad de Santiago convocaron a un concurso de ideas de arquitectura para la restauración y puesta en valor del Cerro Santa Lucía, considerando la conservación de la identidad y valores arquitectónicos, paisajísticos, históricos, patrimoniales y culturales que posee el lugar.

Actualmente es considerado un ícono urbano en Santiago, siendo uno de sus parques públicos más visitados. Entre sus atractivos se encuentra la terraza Neptuno, construida a principios del siglo XX donde se ubica la fuente Neptuno dedicada al dios romano del mar, la terraza Caupolicán, con un pórtico que lleva el escudo de armas español labrado en piedra, la ermita de Benjamín Vicuña Mackenna, capilla de estilo neogótico que es hoy su gruta familiar, el Castillo Hidalgo, ex museo indígena y actualmente centro de eventos y el Jardín Circular, primer jardín del cerro y que por ello lleva los árboles más antiguos del parque.