Presentación

La Guillaumet es una aguja satélite del Fitz Roy, posiblemente la más ascendida de la zona, por su cercanía y baja altitud, y que muchas veces se transforma en el "premio de consuelo" de expediciones avocadas al Fitz Roy, pero que por las condiciones climáticas deben intentar esta cumbre menor, pero no fácil. Pese a su accesibilidad, está bien expuesta al viento oeste, y agrupa una escalada muy hermosa tanto en hielo como en buena roca que la hace merecer el calificativo de "buena montaña".

La primera ascensión la llevó a cabo la pareja de visionarios Fonrouge y Comesaña, argentinos, los que además lograrían ese mismo año la ascensión de la Super Canaleta del Fitz Roy. Actualmente la montaña cuenta con varias rutas, tanto desde el este como oeste, siendo la más común de repetir la via del Couloir Amy, fácilmente alcanzable desde el paso Superior.

Toponimia*

El cerro, cariñosamente apodado "la Guillo", fue bautizado en honor al piloto andino Jean Guillaumet, amigo de Antoine de Saint-Exupéry**. En su libro "Tierra de Hombres", Saint-Exupéry cuenta la tremenda hazaña de su amigo: de cómo la voluntad de Guillaumet lo llevó a salvar su propia vida del terrible invierno de la cordillera central, luego que aterrizara forzosamente sobre una de las orillas de la Laguna del Diamante, cerca del volcán Maipo. 5 días lidiando solo contra la nieve y lo absurdo, Guillaumet escapa de la muerte al encontrarse con los "hombres" del lado de Argentina, que lo rescataron oportunamente. Mientras estaba postrado en un hospital de Mendoza, recuperándose de las llagas, el hábil cartero del aire (entre Santiago y Mendoza) le confesó a su amigo Saint-Exupéry: "Lo que hice, lo juro, ningún animal lo hubiera hecho".

Permisos de escalada

El Parque Nacional Los Glaciares, no cobra permisos de escalada para los cerros ubicados dentro de sus límites.

Notas:
*Aportado por Paulo Cox.
**Escritor y piloto francés de comienzos del siglo XX. Es conocido por su obra "El Principito".
***Bibliografía recomendada: "Patagonia" de Gino Buscaini y Silvia Metzeltin, editorial Desnivel.